Tiovivo

Hay personas que nos siguen acompañando aunque ya no estén. Mi abuela es una de ellas.
Este poema pertenece al proyecto VersQuiciadas que estoy desarrollando con la fotógrafa Olga Álvarez. Para Olga  también son especiales los caballitos del tiovivo.

Fotografía de Olga Álvarez

                                   A mi abuela
Más allá de esa orilla,
donde los puentes estallan
en la carrocería de los coches,
huele a café al comenzar el día
y enfrentar la lucha
y los miedos
y la culpa,
esa culpa
antigua.

Más allá de esa orilla,
te digo,
están las tardes en el parque
con churretes en la cara
y las ilusiones sin desenvolver

y está
ella

que te limpia los churretes
con un pañuelo de tela
humedecido en el borde de sus labios

y está
ella

que ya no está

pero encuentras una ficha
de plástico
roja
o amarilla
perdida en el cajón
y sabes que es una ficha
sin usar
que ella compró
desde la otra orilla
para que tú montes
en los caballitos
del parque.


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